Estos primeros días del año los he dedicado a limpiar a fondo mi closet, y es impresionante la cantidad de tesoros y recuerdos que he encont...

Estos primeros días del año los he dedicado a limpiar a fondo mi closet, y es impresionante la cantidad de tesoros y recuerdos que he encontrado.

Uno de mis hallazgos fue una revista Tú de hace como 8 o 6 años (o tal vez más). Allí hay una sección sobre sueños y algunos consejos mágicos. Nunca le presté mucha atención a ese segmento de la revista (en realidad creo que la compraba por costumbre), pero ya que la había encontrado me puse a leer sus contenidos.

Quedé -no gratamente- sorprendida cuando leo una especie de hechizo para atraer el amor. El "hechizo" decía que había que buscar una cinta roja de una medida X; había que salir bajo la luna, decir no se qué cosas y amarrarse la cinta en la pierna (no recuerdo en qué parte)... y NO se podía quitar hasta que llegara el amor. Si se rompía no llegaría, si se desataba no recuerdo qué era lo que pasaría.

Y estas fueron mis reacciones:
En serio...¿a quién se le puede ocurrir esa terrible idea?

Pero juguemos un rato ese juego de la revista. Supongamos que yo decido hacer ese hechizo para encontrar el "amor". Compro la cinta, salgo bajo la luna, digo las frase mágica y amarro la cinta a mi pierna. Como no puede desamarrarse supongo que tendré que poner y quitarme la ropa con cuidado excesivo; además, cada vez que me bañe voy a tener que ver cómo hacer para que la cinta mojada no se vaya a soltar. Tampoco creo que pueda correr ni caminar mucho. ¿Y cómo vendrá el "amor" a mí? No puedo caminar ni correr mucho, probablemente no me bañe para que la cinta no se moje, y es probable que más nunca me cambie de ropa... En definitiva, atraería a una persona de dudosa higiene personal, y eso con suerte.

Sí, es una exageración, pero ya de por sí el "hechizo" es una locura.

Es importante entender algo. Yo puedo hacer 3000 hechizos para encontrar el amor, pero si literalmente me siento a esperar a que funcionen, pues... no funcionarán. ¿Cómo voy a conocer a alguien si lo que hago es preocuparme por una cinta que no se debe desamarrar?

No soy una experta en hechizos, pues he hecho muy pocos, pero sí puedo decir que hacer magia no es solo palabras e implementos. Hacer magia es manejar energía y actuar para conseguir lo que deseamos.

Simplemente amarrarse una cinta roja a la pierna bajo la luna no hará que llegue "el amor". Pero... ¿Y si modifico el hechizo? ¿Y si lo adapto a mí? Digamos que le pido a los dioses que llenen de energía esa cinta roja para que cada vez que la use o la lleve así sea en la cartera, me sienta tranquila, relajada, de buen humor, alegre y contenta. De esa manera estaré cómoda y me será más fácil conocer gente o conocer mejor a alguien.

No estoy diciendo que será la cinta mágica instantánea del buen humor, pero tendrá energías positivas, y tal vez con solo verla mi mente se programe para hacerme sentir bien.

En definitiva, lo mejor es siempre adaptar las cosas a nosotros mismos. Si leemos un ritual en un libro, pero pensamos "Yo le cambiaría esto y esto", pues cámbialo. Y, sobre todo, no hay que dejarse llevar. Si hay algo que nos parece absurdo, hay que pensarlo muy bien antes de hacerlo.

Como ya dije, solo amarrarse una cinta a la pierna no traerá el amor; pero si utilizo a la cinta como una forma para cambiar mi actitud, para ser más abierta, más sociable, es mucho más probable que logre mi objetivo.

Y recuerden que no todo se soluciona haciendo hechizos.

Y tampoco olviden la importancia de la energía cada vez que hacemos magia.

Ariel Abraham. Con la tecnología de Blogger.