Cuando conocí la Wicca no solo llegó a mi mente y a mi vida la figura de la diosa , sino el concepto de la triple diosa . Ya no me conside...

Cuando conocí la Wicca no solo llegó a mi mente y a mi vida la figura de la diosa, sino el concepto de la triple diosa. Ya no me considero wiccana sino pagana ecléctica, pero he decidido mantener en mi práctica esa imagen de la diosa triple, pues creo que cada uno de sus aspectos refleja mucho de la vida.

Doncella, madre y anciana o "mother, maiden and crone" son estas tres "caras" de la diosa. 


He visto que muchas personas se lo toman muy literal y asocian a la triple diosa con una virgen, una mujer embarazada (o que ya tuvo un hijo) y con una viejita sabia. Y aunque es cierto que lo común de la vida es pasar por esos tres "ciclos" (por así llamarlos), también es cierto que muchas mujeres no tienen hijos o mueren antes de ser consideradas ancianas. 

Entonces, si yo no tengo hijos ¿no puedo identificarme con el aspecto de madre de la diosa? Para mí la respuesta es todo lo contrario: puedo identificarme perfectamente con ese aspecto. ¿Por qué? Pues porque creo que la triple diosa se refleja en la vida de cada persona, por diferentes que seamos. Solo tenemos que darnos cuenta.

Por eso, hace poco decidí que quería representar a la triple diosa en figuras de arcilla. No soy una experta en la materia, así que las figuras son bastante básicas, pero estoy contenta con el resultado.

Antes de hacerlas, mi gran pregunta fue ¿cómo veo cada aspecto de la diosa triple? Y así, me puse a meditar y decidí que cada figura llevaría un objeto o algo representativo de las "caras" de la diosa.


La doncella lleva una flor, pues para mí ella tiene todo el potencial, es "todo en potencia". Tiene la creatividad, las ideas, las ganas de comenzar; es fuerte y luchadora. Es el florecimiento en cada aspecto de la vida. Ella es esa chispa, ese momento en que todo encaja y puede dar comienzo a montones de cosas maravillosas. Todos pasamos y hemos pasado por esos momentos; puede ser cuando aprendemos algo, se nos ocurre una idea o una solución, comenzamos una nueva etapa en la vida y/o le damos forma a algún proyecto.

La madre lleva un corazón, pues pensé ¿Qué es una madre? Una madre es amor. ¿Y si no he tenido hijos? Pues hay muchas cosas y personas a las que amo y a las que les he dedicado mi tiempo y todo mi cariño. Todos tenemos proyectos que hemos desarrollado, que hemos hecho crecer, que hemos visto triunfar; puede ser una empresa, una planta, una mascota, una casa, un viaje... en fin, cualquier cosa que hayamos hecho con amor.

La anciana lleva un libro (podría ser un Libro de la Sombras). Tiene ese libro porque ella es sabia e inteligente, tiene la experiencia y la pericia; es creativa, aconseja, cuenta historias, enseña y educa. Honestamente, todos somos buenos y/o excelentes en algo o en montones de cosas; ya sea la carrera profesional, pasatiempos, deportes o cualquier tipo de trabajo o actividad.

Simplemente quise darles una mirada no literal a cada una de las piezas. Pero ¿está mal o es erróneo considerar la visión literal de virgen, mujer embarazada y viejita? No lo creo, pues, como ya dije, la triple diosa se asocia a los "ciclos" de vida de una mujer. No tiene nada de malo pensar en la triple diosa en esa forma, pero no debemos limitarnos a esa literalidad, pues estaríamos desaprovechando las maravillas de cada aspecto. Solo hay que ver más allá.

Una vez terminadas las figuras las metí al horno, y sufrí un poco pues se despegaron los brazos, la flor, el corazón y la parte de abajo del vestido de la anciana (lo que solo demuestra mi falta de conocimiento en el área del trabajo con arcilla). Al final, pegué todas las piezas con silicón y pinté las figuras con pintura al frío y... esmalte de uñas.



La doncella tiene la escarcha para simbolizar la chispa y el "todo en potencia"; la madre solo tiene el corazón (que también tiene escarcha) pues es el amor que se entrega con todo; y la anciana tiene esa "decoración" en su vestido porque recuerda a la luna, a las experiencias pasadas e indica que la sabiduría guía sus pasos.

No son obras de arte, pero simbolizan todo lo que he explicado. Además, haciéndolas pasé por todos los ciclos de la doncella, madre y anciana. ¿Cómo?
  • Tuve la idea, la chispa, de crear las figuras y comencé a trabajar en ellas con entusiasmo y a pensar cómo las representaría (doncella)
  • Me dediqué a fabricarlas, con mucha paciencia, amor y cuidado. Cometí errores, pero me dediqué con cariño a corregirlos (madre)
  • Adquirí un poco más de experiencia en el manejo de arcilla y de pintura (no quiere decir que ahora soy la experta del siglo, nada que ver). Cuando me dí cuenta de que no contaba con todos los colores deseados simplemente busqué solucionar el problema, y cuando se rompió el vestido de la anciana (en varios pedazos, debo añadir) supe mantener la calma y colocarle el silicón tranquilamente, pues ya me había pasado con las otras dos figuras (anciana)
Es así de simple, es ver, sentir, entender y aprovechar que la divinidad está en todas partes. Desde lo más sencillo a lo más complicado. 

No hay nada más satisfactorio en esta vida que encontrarse a aquellas personas que "saben más" que uno (bueno, sí lo hay, pero vam...

No hay nada más satisfactorio en esta vida que encontrarse a aquellas personas que "saben más" que uno (bueno, sí lo hay, pero vamos a asumir que es cierto). Y lo mejor es encontrarlas en este mundo de espiritualidad, religión, esoterismo, etc. Pero una cosa es encontrarse a un buen maestro o compañero, y la otra es cruzar caminos con un fantoche que se sobrevalora a sí mismo. 

Creo que he tenido bastante suerte, pues solo me he encontrado un maestro fantoche en las clases que he tomado relacionadas con lo espiritual. Sin embargo, sí he tenido compañeros fantoches... aquellos que creen, juran y perjuran que "saben más" que todos, incluso que el maestro.

Hace varias semanas estuve en una actividad de Reiki. Allí tuve una compañera particular que le encantaba hablar de sí misma, de sus infinitos talentos, de su trabajo maravilloso y de todas sus inagotables habilidades esotéricas. Incluso llegó a comentar que está aprendiendo una técnica de sanación a partir de un libro (que está desactualizado, por cierto, pero ella no lo quiere entender) y empezó a corregir sobre esa técnica a otra compañera que lleva más de 10 años estudiándola a través de libros, clases y, sobre todo, práctica. En fin, una persona encantada de hablar de sí misma y que prácticamente se pone el título de Súper bruja.

Hace poco estuve en una clase de Tarot en la que me tocó realizar un trabajo con una chica que me daba la impresión de que se burla de todo el mundo y es bastante superficial. Sus ojos y su forma de hablar me hacían pensar eso, y ese día, durante el trabajo, me di cuenta de que efectivamente ella es así. Primero, no dejó de criticar a otros compañeros, y después comentó que su energía era excesivamente fuerte y que por eso casi nadie podía leerle las cartas. Además, comentó que ya ella había aprendido mucho y no iba a continuar tomando clases de Tarot que fueran "más de lo mismo" (añádele a eso un tono pretencioso). 

No tengo ninguna duda de que estas dos mujeres tienen conocimientos sobre lo que hablan, pero estoy segura de que les encanta enaltecerse. Y eso no cuadra conmigo, pues pienso que un poquito de humildad no mata a nadie. 

Además, honestamente, en este mundo espiritual es bastante difícil ser el que "sabe más" todo el tiempo y en cada aspecto. Incluso, a veces pienso que esa actitud va en contra de lo que significa ser una persona espiritual o que estudia alguna técnica, llamémosla esotérica, para ayudar a otros.

¿Cómo lidiar con una situación así? Bueno, yo particularmente no les doy ánimo para que sigan exagerando sobre sus talentos "brujeriles", simplemente les respondo con un "Sí, claro", y luego sonrío para mis adentros.  

Todo esto lo comparo con la actitud de otra compañera que comentó que se había dedicado a la santería después de padecer una enfermedad muy grave. Ella contó su historia de una manera muy tranquila, humilde y en ningún momento se expresó ni se refirió a ella misma como la bruja más bruja, ni como el ser con la energía más fuerte, ni nada. Más bien habló que cómo su religión le había permitido crecer y desarrollarse como persona. Ella es, para mí, una persona que "busca saber más".

Pero bueno, aquellos que "saben más" los vamos a encontrar en cualquier ámbito de la vida, junto a aquellos que "buscan saber más". 

Sin embargo, creo que los que dicen "saber más" nos dan una lección a los que "buscamos saber más". Son como una especie de advertencia para nunca perder la humildad, y también pueden ser un recordatorio cuando la estamos perdiendo.

Si eres de los que de verdad "saben más", no fanfarronees frente a los que crees que saben menos; escúchalos y si puedes apóyalos, pues probablemente ellos son de los que "buscan saber más", como algún día tú también lo fuiste.


Las palabras " bruja mala " llaman mucho la atención, pues lo más común es asociarlas con la llamada " magia negra "; ...

Las palabras "bruja mala" llaman mucho la atención, pues lo más común es asociarlas con la llamada "magia negra"; pero ¿Qué pasa cuando uno trata de dar lo mejor de sí, de ser amable, de ser respetuoso, de cumplir con lo que se le pide, y solo recibe a cambio constantes faltas de respeto?¿Qué hace uno ante una situación incontrolable por medios "comunes" cuando se puede recurrir a la magia?

A finales de 2010 viví una situación bastante estresante y difícil con una persona de la universidad a la que asistí. Esa mujer, a la que llamaremos Catrina, se esforzó por hacernos la vida muy complicada a un grupo de personas; se burló de nosotros y nos acusó de acciones que jamás habíamos pensado ni hecho, nos trató como basura y nos ofendió constante y repetidamente. El nivel de estrés fue tal que muchos de los afectados terminamos prácticamente llorando por los pasillos y deseando salir corriendo cuando pudiéramos.

Yo soy una persona tranquila (a veces demasiado), pero esta situación me llenó de rabia y me sorprendió muchísimo la injusticia y la crueldad que vi y viví. Ante esto, pedí ayuda a los dioses e incluso me concentré y medité pensando en Catrina y sus acciones y le pedí mentalmente que reconsiderara y se diera cuenta de que las cosas iban mal. Incluso se habló con ella en persona, pero nada funcionó.

Después de lo que llamaré "la gota que derramó el vaso" con Catrina, decidí que ya era suficiente. No iba a seguir buscando soluciones pacíficas y tampoco iba a dejar todo en manos del tiempo. Inmediatamente se me vino una diosa a la cabeza: Kali.




Kali es la diosa hindú que es asociada con la muerte y la destrucción; sin embargo, también trae regeneración y es la diosa madre y defensora.

Pedí a Kali que por favor me ayudara y que Catrina recibiera lo que se merecía por todo el daño que me hizo (a mí y a las otras personas). Le pedí que Catrina sintiera todo lo que nos había hecho sufrir. Hice un pequeño ritual, pedí que por favor me enterase de cómo Catrina recibía su merecido, agradecí y listo.

Ese fue mi momento de "bruja mala", pero ¿realmente fui "mala"? No lo creo. Catrina no era una bruja mala, era una mala persona. Un ser egoísta que no le importaba pasar sobre los demás y destruirlos.

Casi han pasado tres años de lo ocurrido, y fue ayer que me enteré de que efectivamente Catrina está recibiendo lo que merece. Fue muy loco enterarme de eso, pues la mencioné por casualidad al comentar los malos ratos que nos hizo pasar, y una compañera de trabajo dijo que la conocía y me dio la noticia de lo que ocurre en su vida.

Aparentemente tuvo problemas que afectan su trabajo, su vida, su inspiración, bla, bla, bla, pero está recuperándose, aunque es posible que no vuelva a ser la de antes. ¿Qué si me alegré? Sí, no lo voy a negar. 

Y volví a darle las gracias a Kali por darle su merecido y hacer que yo me enterara.

Lo más sorprendente de todo es que cuando hice aquel ritual me imaginé lo que quería que le pasara a Catrina, pues sabía lo que la afectaría más. Y justamente lo que le está pasando es lo que le deseé pero un poco menos grave.


No me arrepiento para nada, pero sí quiero dejar claro que no ando por la vida pidiéndole a Kali que le dé su merecido a cualquiera que me vea feo. Esta fue una situación extraordinaria y muy, muy dura e injusta para mí, que requirió de medidas "desesperadas".

En conclusión, no siempre se puede afrontar todo desde el lado "bueno". Hay momentos para ser "brujas malas".



Ariel Abraham. Con la tecnología de Blogger.