Cuando se comienza a aprender algo, lo más común es desear que alguien te enseñe. Aunque es cierto que muchos disfrutamos el camino auto...


Cuando se comienza a aprender algo, lo más común es desear que alguien te enseñe. Aunque es cierto que muchos disfrutamos el camino autodidacta. Sin embargo, la idea de un profesor, de interactuar, de pensar, investigar y cumplir ciertas metas para una clase siempre resulta estimulante y agradable.

Pero hay un punto muy importante: el maestro o la maestra; pues es este, o esta, el responsable de la clase, y en cierta forma es responsable de ti, su estudiante.

En todo camino de la vida nos encontramos con buenos, excelentes, regulares, malos, terribles y lamentables maestros. Y eso tampoco falla en el camino espiritual; incluso, me atrevería a decir que es mucho más fácil caer en las manos de un charlatán.

Yo he tenido varios maestros en áreas como Tarot, Reiki y otros sistemas de adivinación. Afortunadamente no he caído en las manos de un charlatán, pero sí en las manos de una mala maestra.

Mi experiencia con esta persona no fue agradable, así que decidí no asistir más a su curso. Fue una decisión difícil, pero me dije que no tenía por qué soportar sus actitudes y sus palabras desdeñosas hacia mí.

La clase me interesaba mucho y en cierta forma lamenté el haberla dejado, pues había mucho por aprender. ¿Qué hice? Me fui por la vía autodidacta. Y les juro que no me ha ido nada mal.

Hice unas cuantas preguntas a unas amigas sobre sus experiencias con malos maestros espirituales, y juntas fuimos añadiendo información a la siguiente lista:


20 acciones que delatan a un mal maestro espiritual 

(algunas son aplicables a cualquier profesor de otras áreas de la vida):

1- Extremadamente centrado en sí mismo: una cosa es contar experiencias, explicar cosas que ha vivido a nivel espiritual, cómo ha resuelto problemas, cómo ha ayudado gente; pero otra es llevarlo al nivel de gritar a los cuatro vientos lo maravilloso que es porque tiene poderes especiales que los demás no tienen.

2- Te resalta del grupo para indicar alguna característica tuya que solo él afirma que tu tienes y que no es positiva.

3- Busca (y logra, en algunos casos) el apoyo del grupo al momento de resaltar algo negativo en ti.

4- Cree que su manera es la única forma de hacer las cosas. No permite que innoves.

5- En general, sales de clase sintiéndote mal emocionalmente.

6-  Quiere obligarte a hacer algo que no quieres.

7- Da la clase de manera apurada, torpe, como para salir del paso.

8- No te incita a que averigües cosas por ti mismo, ni que veas cómo lo que te enseña resuena contigo. Más bien te dice que estás equivocado.

9- Dice que no te enseñará más, a menos que hagas algo por él/ella.

10- No se toma en serio la puntualidad. Un día aparece, al otro no, y tampoco avisa que no vendrá.

11- Si lo que enseña requiere de práctica y no te enseña a hacerla.

12- Tiene ataques de ira.

13- Insulta o desdeña de otros caminos espirituales, o de otros sistemas adivinatorios, o de las maneras de trabajar con energía que sean distintas a las suyas.

14- Siempre resalta las fallas, pero nunca los logros.

15- Se autoproclama como experto/sacerdote/maestro/terapista/etc. de algún arte espiritual y cree que debes rendirle pleitesía. A veces no tiene pruebas que muestren que de verdad tiene un nivel alto en el tema.

16- No te permite participar durante la clase.

17- Amenaza con hacerte daño a través de la magia.

18- Cuando tú buscas información o investigas por tu parte los temas de lo que ha enseñado, descubres que te ha dado información falsa, errónea. IMPORTANTE: el maestro puede enseñar lo que ha descubierto por sí mismo, pero hay que dejar en claro ese punto; no se debe decir que tal método es muy antiguo o que se ha hecho toda la vida si es una práctica propia.

19- Pide colaboración económica a cada momento posible. Trata de venderte material "indispensable" del que nunca te habló cuando te inscribiste en su clase.

20- Su clase se basa en seguir paso a paso un libro único y especial de X autor. Quítale el libro y no sabrá nada.

Yo creo que hay muchísimas más acciones y características, pero estas son las que hemos identificado.

Recuerda que si te encuentras con un mal maestro espiritual, no debes dejarte engañar. No te culpes a ti mismo porque las cosas no salgan bien. Y, sobre todo, no te quedes con esa persona como maestro. Busca tu propio camino.

Y eso sí, una mala experiencia no quiere decir que todas serán iguales. Porque conseguir a un buen maestro es algo maravilloso y sí se puede. No lo dudes.

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