En diciembre de 2018 comencé a hacer un curso muy interesante sobre la diosa Hécate. Aún me estoy adaptando, pero sí es cierto que estoy...



En diciembre de 2018 comencé a hacer un curso muy interesante sobre la diosa Hécate. Aún me estoy adaptando, pero sí es cierto que estoy aprendiendo muchísimas cosas.

No quiero dar muchos detalles sobre el curso, pero sí que me gustaría contar un poco mi más reciente "aventura" con una de las tareas.

Básicamente se trata de conseguir una llave, presentarla a Hécate durante la luna nueva y luego llevarla a 7 puertas para conectarla con lo que representa cada una (había que tocar con la llave la cerradura de la puerta o la puerta o el suelo). En cada puerta se dice o se piensa una simple frase. En la próxima luna nueva la llave se presenta nuevamente ante la diosa y se sella.
Es una herramienta mágica con bastantes usos, pero no quiero profundizar en eso ahora.

Cuando vi que había que hacer esta tarea me dije: "La loca de la llave tocando puertas... ¿y si me ven? ¿Cómo disimulo? Tal vez puedo fingir que se me cae algo y es la llave y así no se nota tanto... ¿o se notará más?".

Una vez que obtuve la llave llegó el momento de planificar cómo visitaría cada lugar. En teoría se puede hacer un lugar por día (siete días) o todos el mismo día. Como el trabajo consume mi vida, me era imposible hacer lo de la llave cada día, así que decidí hacer todo en un día.

Debo admitir que estaba nerviosa... no sé, no estoy acostumbrada a este tipo de cosas mágicamente hablando, pero tengo que salir de mi zona de confort y entender otras formas de trabajar. Así que desperté temprano y mi llave y yo nos fuimos al primer lugar: el cementerio (conecta con "el inframundo".

No visitaba un cementerio desde que hice las actividades del libro de Timothy Roderick: Wicca, a year and a day. Decidí volver al mismo porque la vez anterior fue una experiencia bastante profunda y más tranquila y normal de lo que esperaba. Bajé del Metro y traté de recordar el camino, pero no iba muy bien. Justamente cuando iba a dar la vuelta y pedir ayuda a Google Maps, vi que había una puerta muy disimulada unos pasos más allá. Me acerqué y puse la llave contra la puerta, dije la frase en mi cabeza... "¿Y eso es todo?", me dije. Por si acaso, repetí los pasos anteriores, ja, ja, ja.

"Genial, rápido, sin nada raro. Perfecto, voy al próximo lugar".

Cerca de casa hay una iglesia, la cual me pareció perfecta para la ocasión. Sin embargo, al estar en una calle bastante llena de vida, no creí que fuera tan discreto el momento como en el cementerio. Así que, con la llave en una mano y el celular en la otra, puse la llave contra la puerta mientras pretendía leer algo interesantísimo en la pantalla oscura del teléfono.

"No fue tan complicado", me dije mientras caminaba a casa (la tercera puerta). Incluso, sentía una energía en la llave bastante "saltarina". La idea de llevar la llave a una Iglesia es para hacer la conexión con "el cielo". Era válido llevarla a cualquier tipo de templo, pues para esto es irrelevante la creencia en un dios en particular. Lo relevante es que existe esa conexión con algo "superior" en un sitio de culto.

Como comparto casa decidí hacer este dos veces: una en la puerta principal y otra en la puerta de mi habitación, pues se supone que la puerta de casa conecta la llave a la persona.

Después de comer y hacer una siesta me aventuré a la cuarta puerta: un banco; asociado al poder de incremento.
Otra vez una calle llena de gente... "¡Qué nervios!". Con llave en mano fingí que quería entrar al cajero, sabiendo muy bien que al ser sábado la puerta estaba cerrada y que al lado hay un cajero perfectamente accesible... Llave y puerta en contacto, frase dicha. "Uff, va todo bien y me siento genial".

Próximo lugar: una tienda (donde fluye el dinero). Decidí pasar por el supermercado y así compraba cereales para cenar. Recordemos que si algo hay que ser en la vida es prácticos.
A estas alturas me sentía "Master of the key", ja, ja, ja. Nuevamente fue muy fácil en la puerta del supermercado... aunque siempre tenía la preocupación de "¿Y sí se me cae la llave?", "¿Y si alguien se da cuenta?".

Me voy, pues, a la sexta puerta: un juzgado o estación de policía, algo que represente las energías de la ley. Google no falla y me voy al juzgado más cercano. Le pasé por el frente y no lo vi, ya que no es la típica edificación impresionante. Di unas cuantas vueltas hasta que me di cuenta de que sí estaba en el lugar correcto desde el principio (esto es muy yo, ja,ja,ja).
Otra calle concurrida, pero ya al ser "Master of the key", el disimulo es lo mío xD

Ahora sí, última parada: un hospital, el lugar en el que se mezclan las aguas de la vida y la muerte...
Fue el lugar más difícil, sobre todo porque tuve que pasar muy cerca de mi casa anterior, en la que tuve mala experiencia con la gente con la que vivía. Sin embargo, llegué sin problema e hice el mini ritual en poquísimo tiempo.

Decidí volver a casa y me sentí triunfante y a la vez relajada. Pasé demasiado tiempo preocupada por el qué dirán, pero a la vez fue emocionante. Me puse a pensar... "Si hace 6 años me hubieran dicho que estaría aquí, aprendiendo tanto, paseando de un lado a otro con una llave para consagrarla, no me lo hubiese creído". Pero sí, era yo, de un lugar a otro, con llave en mano y una nueva y sencilla aventura mágica.

Una calle antes de llegar a casa pasé por un bar. Sentada afuera estaba un mujer con un perro negro enorme, muy tranquilo y tal vez de mirada triste o de aburrimiento. Sonreí... los perros negros se asocian a Hécate.

La llave sigue llena de energía "saltarina". Quedará sellada el próximo mes y creo que va a ser una herramienta mágica muy interesante :)

Ariel Abraham. Con la tecnología de Blogger.