No hay nada más satisfactorio en esta vida que encontrarse a aquellas personas que "saben más" que uno (bueno, sí lo hay, pero vam...

Aquellos que saben más

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No hay nada más satisfactorio en esta vida que encontrarse a aquellas personas que "saben más" que uno (bueno, sí lo hay, pero vamos a asumir que es cierto). Y lo mejor es encontrarlas en este mundo de espiritualidad, religión, esoterismo, etc. Pero una cosa es encontrarse a un buen maestro o compañero, y la otra es cruzar caminos con un fantoche que se sobrevalora a sí mismo. 

Creo que he tenido bastante suerte, pues solo me he encontrado un maestro fantoche en las clases que he tomado relacionadas con lo espiritual. Sin embargo, sí he tenido compañeros fantoches... aquellos que creen, juran y perjuran que "saben más" que todos, incluso que el maestro.

Hace varias semanas estuve en una actividad de Reiki. Allí tuve una compañera particular que le encantaba hablar de sí misma, de sus infinitos talentos, de su trabajo maravilloso y de todas sus inagotables habilidades esotéricas. Incluso llegó a comentar que está aprendiendo una técnica de sanación a partir de un libro (que está desactualizado, por cierto, pero ella no lo quiere entender) y empezó a corregir sobre esa técnica a otra compañera que lleva más de 10 años estudiándola a través de libros, clases y, sobre todo, práctica. En fin, una persona encantada de hablar de sí misma y que prácticamente se pone el título de Súper bruja.

Hace poco estuve en una clase de Tarot en la que me tocó realizar un trabajo con una chica que me daba la impresión de que se burla de todo el mundo y es bastante superficial. Sus ojos y su forma de hablar me hacían pensar eso, y ese día, durante el trabajo, me di cuenta de que efectivamente ella es así. Primero, no dejó de criticar a otros compañeros, y después comentó que su energía era excesivamente fuerte y que por eso casi nadie podía leerle las cartas. Además, comentó que ya ella había aprendido mucho y no iba a continuar tomando clases de Tarot que fueran "más de lo mismo" (añádele a eso un tono pretencioso). 

No tengo ninguna duda de que estas dos mujeres tienen conocimientos sobre lo que hablan, pero estoy segura de que les encanta enaltecerse. Y eso no cuadra conmigo, pues pienso que un poquito de humildad no mata a nadie. 

Además, honestamente, en este mundo espiritual es bastante difícil ser el que "sabe más" todo el tiempo y en cada aspecto. Incluso, a veces pienso que esa actitud va en contra de lo que significa ser una persona espiritual o que estudia alguna técnica, llamémosla esotérica, para ayudar a otros.

¿Cómo lidiar con una situación así? Bueno, yo particularmente no les doy ánimo para que sigan exagerando sobre sus talentos "brujeriles", simplemente les respondo con un "Sí, claro", y luego sonrío para mis adentros.  

Todo esto lo comparo con la actitud de otra compañera que comentó que se había dedicado a la santería después de padecer una enfermedad muy grave. Ella contó su historia de una manera muy tranquila, humilde y en ningún momento se expresó ni se refirió a ella misma como la bruja más bruja, ni como el ser con la energía más fuerte, ni nada. Más bien habló que cómo su religión le había permitido crecer y desarrollarse como persona. Ella es, para mí, una persona que "busca saber más".

Pero bueno, aquellos que "saben más" los vamos a encontrar en cualquier ámbito de la vida, junto a aquellos que "buscan saber más". 

Sin embargo, creo que los que dicen "saber más" nos dan una lección a los que "buscamos saber más". Son como una especie de advertencia para nunca perder la humildad, y también pueden ser un recordatorio cuando la estamos perdiendo.

Si eres de los que de verdad "saben más", no fanfarronees frente a los que crees que saben menos; escúchalos y si puedes apóyalos, pues probablemente ellos son de los que "buscan saber más", como algún día tú también lo fuiste.




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Ariel Abraham. Con la tecnología de Blogger.